una flor creciendo entre piedras

¿Qué es la poesía?

"el oxígeno que me da la poesía es la exacta bocanada de aire que necesito para continuar."

Iván Siente

No he podido ver en dónde no está la poesía. La he encontrado en los climas, en las penas y en los asideros más nefastos. La he visto saltando en abandonados invernaderos de algodón, herida de muerte de algunos tristes y desolados veranos. A cuestas, la poesía se me ha colado entre los más desarraigados inmigrantes zampados del otro lado; amigos de lo absurdo y lo arriesgado. Aún la poesía ha sobrevivido en mis exámenes clínicos sin firma vigente ni carnet de caducidad. En los momentos de pagar ciertas cuotas y alquileres por vencer, se me ha difuminado la poesía, justo para reaparecer en los bordes de las páginas finales de un contrato mal redactado. Llena de propuestas absurdas, cuando he querido huir de ella, me ha dejado estupefacto y sin ropa, con frío de sangre hirviendo. La poesía me ha dejado los labios cuarteados sin damas de turno. En eventos sociales, la he visto dando tumbos, borracha y despotricando contra los gobernantes. Vi una vez que la fusilaron en un callejón un día de junio, pero supo aferrarse a otras existencias. Rápidamente, se perennizó en cuatro mil cuatro libros y en doscientos nueve periódicos a la vez. La poesía nunca ha presumido de su existencia, solo ha sabido estar y dejarse ser sin atavíos ni falsos reproches; sin rimas, sin formas, sin presunciones; fluyendo como el agua. Adaptándose. Habla más idiomas de los que yo conozco. Apenas alguien termina de escribir un verso sin estilo alguno, un artesano culmina su labor en alguna plaza en donde la última letra quedará por siglos grabada, para que millones la lean, así no entiendan nada. La poesía es ansiedad, pero también oxígeno. Es decir, si la ansiedad es una forma exagerada de angustia, que a su vez me deja sin aire porque hay demasiado de él en mí, el oxígeno que me da la poesía es la exacta bocanada de aire que necesito para continuar.

Al final de una película, se me ha colado la poesía entre los créditos y la música. La he sentido brotar de mis ojos, pero sin olas, con sauces y zarzas. Discernir que la poesía no abandona, no te deja, que ha sabido someterme, controlarme y esclavizarme de algún modo, y que por ella he querido, en tiempo y en destiempo, defender mis causas y cavilaciones.  Me ha calmado cuando lloro, me ha enervado cuando callo; me ha acompañado cuando estallo y me ha enseñado a darlo todo. La poesía siempre ha estado. No me imagino sin ella. Jamás podré definirla ni en quinientas ni en dos millones de palabras. La poesía es la imagen menos semejante y, sin embargo, la más acertada. 

La poesía es todo lo que no he leído, todo lo que no se ha escrito todavía; es la ciencia andando sin verdad ni punto aparte.

La.Corcheta
La.Corcheta
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