Por Bethmarie Pagán Atances
Cuando creamos una perspectiva sobre las actividades que las personas religiosas y las personas seculares hacen, se ve una diferencia grande e impactante. Una persona religiosa, o creyente de la fe cristiana, actúa y se expresa según su testimonio religioso. Una persona secular actúa según su testimonio como persona desinformada o desinteresada en lo que es vivir una vida consagrada. La sociedad confunde actividades de ambas partes sin saber qué cosas son correctas, qué se debe hacer y qué no. La misma Biblia dice que estos sucesos son de acontecer. El libro de Isaías 5:20-24 nos expresa: “¡Qué aflicción para los que dicen que lo malo es bueno y lo bueno es malo, que la oscuridad es luz y la luz es oscuridad, que lo amargo es dulce y lo dulce es amargo!”
El Proyecto del Senado 1 de 2025 protege lo que es una libertad general de los derechos humanos y tiene un enfoque en las personas religiosas. Estas personas religiosas tienen un peso que cargan al ser juzgados y rechazados por vivir una vida consagrada, y no una “donde puedes disfrutar tu vida como te dé la gana”. Este proyecto del senado ofrece una libertad para cada creyente y persona religiosa para públicamente dejar saber a los demás que ellos sí tienen el mismo derecho de vivir sus vidas en una misma fe al igual que las personas seculares viven por sus propias maneras.
El caso de la secretaria Kim Davis pagó un precio injusto por no participar en acciones que contradecían lo que ella creía y su postura. Entonces, ¿por qué una persona debe pagar un precio innecesario por simplemente no hacer una acción en contra su fe? La misma manera en que dichas personas seculares pelearon por tener libertad a sus acciones de conformismo social, las personas creyentes tienen el derecho de simplemente no accionar en las mismas costumbres que las personas seculares, sin embargo, ellos quieren indirectamente obligar a las personas religiosas. Vuelvo y recalco lo que dijo una vez el profeta Isaías: “la oscuridad es luz y la luz es oscuridad”. ¿Por qué crean la necesidad de apagar la luz de las personas religiosas? ¿Al igual que, por qué crean la necesidad de juzgar las acciones de las personas seculares?
No hay razón en porqué atacarnos los unos a los otros por base fundamental de creencias personales. La misma Biblia nos dice en Juan 13:34-35: “Os doy un mandamiento nuevo: Amaos unos a otros; como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros. Vuestro amor mutuo será el distintivo por el que todo el mundo os reconocerá como discípulos míos”. Si por medio de la fe cristiana y religiosa nos mandan a amarnos unos a los otros, ¿por qué crear un mundo lleno de furia social y cultural? Fuimos creados con el propósito de repartir el amor que tenemos por nosotros mismos, no para crear una guerra social basada en lo que hagamos bueno y malo.
Hemos llegado al punto extremo, causado por una furia secular, en el que el gobierno tuvo que crear un proyecto del senado para proteger el derecho humano y la libertad de los creyentes de la fe cristiana y religiosos. Personas del mundo secular, lo siento por los daños emocionales que las personas de religión o de la fe cristiana han causado por medio de una mala expresión social hacia sus formas de ser. Lo siento por el dolor que han atravesado y por las depresiones que han pasado gracias a esas cicatrices que nunca fueron sanadas. Solo tengo una pregunta, ¿sus cicatrices se sanarán creando cicatrices a los religiosos?
La Biblia también resalta en el libro de Efesios 4:32: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
No pretendo obligar a los seculares a que se conviertan en religiosos, por más que me agrade, sino que les hablo de las buenas nuevas que Dios mismo, a través de su hijo Jesús, enseñó a repartir a esos heridos de corazón. De la misma manera que se crean protestas y conferencias para que las voces seculares sean oídas, deja que la voz del Padre de la Tierra sea oída a través de las personas religiosas o creyentes de la fe cristiana, quienes son usadas por el mismo Señor para beneficio de la salvación.
“Lo bueno llamarán malo, y lo malo llamarán bueno”. Tengan eso en consideración cada vez que los seculares y hasta los mismos religiosos tengan la valentía de querer restringir las actividades que cada uno quiere hacer. El propósito de nosotros, seres creados, es vivir en un mismo sentir de amor y bondad, no para crear barreras entre nosotros mismos.