Alma Datil Calderón
Hombre de nieve
en medio del frío diciembre.
Con los trapos enganchados en su espalda,
los trapos que le dejó la divina fortuna.
A causa de una fantasía que le prometió alegría,
amistad y amor
solo le dejo tristeza, soledad, y dolor.
Su piel abrigada por el disfraz de payaso
que la sociedad lo obligaba a usar.
Sus luceros llenos de las calles
que recorrió su complexión.
Escondido por los rincones con una máscara de júbilo,
la botella de cañita en mano,
y el camino de sollozos que lo acompañaba,
por los callejones del viejo San Juan.