Por Chaemy
Tengo miedo,
algo me persigue.
Corro por el pasillo,
me acuesto en mi cama
y me arropo para no sentir temor.
Cierro los ojos y pienso: “Todo estará mejor”.
Siento que algo me mira.
Siento que alguien me toca.
Abro los ojos
y me veo a mí misma
sentada sobre la cama.
Adivina qué está pasando porque no chotearé nada.
Hay una luz roja que opaca mi vista.
Salgo corriendo y no hay salida.
Grito y no me escucho,
con presión en el alma, por más que escape, me veo sentada en mi cama.
Voy al espejo y me veo a mí misma con algo que me asfixia…
Un nuevo día.
Atentamente,
La muerte que me perseguía
Nota del poeta:
Este poema representa una leyenda urbana no como una amenaza externa, sino como la manifestación del miedo interno, la conciencia que se vuelve prisión. La muerte que persigue a la protagonista no es algo tangible, sino la ansiedad y el sobrepensar constante que asfixia y paraliza. Es una lucha silenciosa que muchos enfrentamos en nuestro interior, donde el verdadero peligro no está fuera, sino dentro de nuestra mente.



