puesta de sol en una playa

De un a veces a un siempre, solo respira, por Ana Meléndez Ortiz

“La vida, aunque a veces no me entiende, siempre me acompaña”.

Por Ana Meléndez Ortiz


De  un a veces, a un siempre, solo respira

A veces detesto todo, a veces me detesto a mí. A veces me levanto y no quiero, a veces me frustra estar aquí. Me entristece la gente, me enfadan también. Todas las emociones, cuán complejas se hacen sentir. Ojalá fuera simple el no tener tantas quejas, ojalá fuera como aquella, que ríe en silencio y no se acompleja. A veces soy tan vaga que ni siquiera me permito serlo. A veces soy tan inútil que ni siquiera los demás se dan cuenta. A veces pienso que hago falta, y otras, sabrás que no saben quién no está. A veces sonrío sin ganas, a veces escondo mis ganas. A veces me pasa que encubro mi poca tolerancia y no me dejo ser egoísta como soy en verdad. A veces me canso de caminar, pero la adrenalina me hace continuar. A veces quiero descansar, pero ya estoy atrás. Duele sufrir, sentir agujas atravesar, duele ser feliz, uno nunca sabe cuándo acabará. A veces detesto todo, a veces me detesto a mí. No puedo creer las cosas que llegan a mi mente. No puedo creer que sea tan emocional, que me pasa que dejo cada cosa persuadirme. A veces me molesto, pero no sé de qué y no sé qué expresar. Y eso que tan solo estas cosas me pasan en una frecuencia de un a veces, a veces.

Pero si eso es solo a veces, ¿qué me asegura que ese será mi siempre? A veces solo necesito un momento para analizar las cosas. Cosas que me inundan. Cosas que debo desahogar. Si tan solo tuviera a alguien con quien hablar. Para no detenerme, sino confiar en que todavía sigo de pie, de prisa, activa. A veces duele demasiado, pero si una persona, tan solo una de muchas, lo logra notar, quizás ella me pueda salvar.

1,2,3,4

Estoy respirando o eso creo, verdaderamente no recuerdo. Respiro porque mi cuerpo lo hace, no porque mi mente me diga. Y la realidad es que a veces respirar es una carga, o quizás un regalo. Pero la vida no entiende cómo vivo. La vida no entiende que se me va el aliento cuando pienso y pienso y sobrepienso todo evento.

1.2. 3. 4.

Vuelvo y respiro, creo que debo ser paciente conmigo. A veces inhalo y exhalo y no me doy cuenta de que pasaron los cuatro. A veces lo aguanto o suelto un segundo más rápido. Pero…

1…2…3…4…

Este ejercicio, ¿por qué lo comencé? Bueno, no importa el por qué… importa más que lo hice. Pues respirar siempre me hace reflexionar. La vida, aunque a veces no me entiende, siempre me acompaña. Y eso solo sucede mientras el oxígeno llena mis pulmones y mi corazón bombee. 

1 (mississippi) 2 (mississippi) 3 (mississippi) 4

Y qué bueno es vivir en este momento, aunque quizás un evento me hizo comenzar este 4×4, porque solo me recuerda que vivir es como esta técnica, capaz de enseñarnos que queremos vida, queremos nuestro día, solo respira.

La.Corcheta
La.Corcheta
Articles: 238