“El vicio”
La aguja penetra su piel delgada y él ve su sangre y un líquido espeso mezclarse en una batalla homogénea. Cuando todo el fluido entra, el placer toca la puerta, pero él no logra abrirle.
“Humanos”
Como los gatos, se arañan. Como las olas y las piedras, chocan sin temor alguno, arrasando todo lo que pase por sus caminos. Como los delfines, tienen sexo porque les gusta. Así hacen ellos, imitan la naturaleza en su máximo placer y luego la destruyen.
“El fili”
Lo veo de mano en mano, preguntándome cuándo viene a mí. Se lo pasan, lo lamen, lo dejan caer entre risas y me siento nerviosa. Llega a mí, lo miro obsesiva, entra en mis pulmones agresivamente y me siento más tranquila.