Son las 9:18,
me preguntaste por qué cambié,
por qué soy bruta,
por qué no soy como antes,
por qué me encierro,
por qué te hago infeliz,
que ojalá me pase lo peor,
que por mi culpa estás así,
que por mí te quieres morir,
porque no encuentras forma de alejarte de mí.
Yo tampoco estoy tan segura de por qué soy así,
pero sé que cuando te conocí, era feliz.
Era yo, no estaba un cabrón juzgándome,
diciéndome qué debo ser, qué debo hacer,
y cómo debo ser.
Lo más gracioso es que tú ni lo ves,
es bien chistoso ver cómo lo que creaste lo odias.
Este monstruo que soy,
es el reflejo de lo que querías que fuera,
por tus inseguridades.
Y ahora que soy perfectamente como me hiciste,
¿no me quieres?
¿Ya te cansaste de tu juguete?
Qué lindo ver cómo quieres deshacerte de mí,
cuando me rompiste,
más de una vez,
una tras otra,
con palabras y acciones hirientes.
Porque, sí, yo habré cometido errores,
pero como los tuyos, nunca.
Seré tonta al no entenderte desde el principio,
pero NUNCA te he tratado como me tratas.
¿Para qué estás conmigo?,
si desde un principio me odias y no me amas.
Dices que no sé amar,
que no sé qué es sufrir por otra persona.
Ja, desde el día que dije «Te amo»,
llevo sufriendo.
Dejé de ser libre,
de ser feliz,
de ser yo.
Me perdí y perdí tantos momentos,
sigo perdiéndome por estar complaciendo a alguien
que siente y cree que le estoy siendo infiel.
Me pintas de prostituta,
cuando solo he estado contigo.
Odiabas mi actitud,
pero cuando éramos amigos, me amabas.
Amabas cómo era,
no me juzgabas, me defendías,
sabías cómo era.
Y ahora es todo lo contrario.
Me odias, estás cansado de mí,
entonces, ¿qué haces aquí?
Deja de matarme.
Ya no siento tus «te amo».
Y con todo eso,
te compré regalos de San Valentín,
porque sigo siendo una ilusionada,
con qué cambiarías.
¿Sabes por qué no cambia nada?
Porque tú no cambias.
No ves tus errores.
No ves lo que siento.
Ya no es un vaso de agua,
es el mar donde me estoy ahogando,
y no lo ves.
Te doy todo de mí,
cada parte de mi vida y ser.
He dejado todo,
literalmente, hasta mis sueños, por ti,
para terminar con que la mala siempre he sido yo.
Pero claro,
lo que sienta,
lo que diga,
y lo que crea,
es victimizarse.
Últimamente, pienso que eres un demonio,
que solo vino para lastimarme,
y hacerme odiar a mí misma.
No te soporto.
No te aguanto.
Te veo y quiero que la tierra me trague.
¿Sabes lo que me provoca todo de ti?
Es lo peor que un ser humano podría sentir.
Pero hasta aquí.
Feliz San Valentín.
