Paola Hernández
El artículo ¿Fue el patriarcado un producto del Neolítico?, se podría describir como una detallada lectura sobre los estudios del origen del patriarcado en la historia de los homínidos. Está escrita por Carolina Martínez Pulido, doctora en biología, profesora y autora de varios libros sobre la mujer y la ciencia. Esta nos invita a una profunda reflexión sobre la trayectoria del patriarcado y la construcción de los roles de género. Escribe sobre el inicio del sistema patriarcal en la época Neolítica a raíz del nacimiento del paso de la vida nómada a la sedentaria, provocando el inicio de la economía del ganado y la agricultura y, con eso, la propiedad. La mujer se llega a convertir en propiedad del hombre debido a factores demográficos, ecológicos, culturales e históricos. Esta detalla algunas de sus implicaciones violentas, desiguales y opresivas hacia la mujer en nuestra historia y presente.
Este artículo, además, nos comparte el trabajo investigativo y teórico de especialistas que llevan buscándole respuestas a las preguntas sobre el patriarcado desde los años 80. Como, por ejemplo, nos habla del trabajo de Gerda Lerner y su tesis doctoral La creación del patriarcado, que expone evidencias históricas, arqueológicas, literarias y artísticas sobre la dominación patriarcal desde la prehistoria. Lerner plantea que los hombres ganaderos son los primeros en tener la práctica e idea de la propiedad privada. La autora también expone el trabajo de Patou-Mathis, centrándose en el inicio de la economía de producción como creador de la división social del trabajo con la consiguiente aparición de la élite social. El trabajo investigativo de estas y muchas otras especialistas, respaldan con datos, referencias, evidencias y correlación que fortalecen la exposición del artículo.
La lectura definitivamente evidencia algunos porqués importantes sobre la construcción de los roles de género en los principios de la civilización hasta el presente. Se puede entender con más precisión el comportamiento de las civilizaciones en Egipto y Grecia hacia la mujer. En la historia que conocemos, en ningún momento desde el sedentarismo del humano, la mujer ha tenido algún tiempo en equidad y libertad. Llevamos milenios siendo oprimidas por un sistema patriarcal que meramente nos ve como propiedad. Producto de esto es la violencia rampante que sufrimos las mujeres sin importar la clase social que pertenezcas, ni tu raza, religión o edad. Como persona que lleva cuerpo de mujer, criada por mujeres, amiga de mujeres y madre de una niña, puedo testificar que siempre estoy rodeada de violencia de género. Desde el acoso callejero hasta las relaciones de abuso doméstico normalizadas en nuestra sociedad.
La falta de educación con perspectiva de género compulsoria nos tiene en estado de emergencia, y lo evidencian las altas cifras de femicidios, violencia doméstica, violencia sexual, acoso, etc. En lo personal, soy una más de esas cifras, al igual que mi mamá, mi hermana, mis tías, mi abuela, mi hija, la mayoría, si no todas, de mis amigas, mis vecinas y podría seguir. Me atrevería a pensar que no hay mujer que, aunque valiente por demás, siempre lleve una cruz cargada de miedo, rencor, confusión, etc, hacia algún o algunos hombres.
La publicación es muy estructurada a la hora de organizar y articular todo, entre ello, las líneas de tiempo, las coincidencias o diálogos entre investigaciones, etc. Divulga una gama grande de información clara y confiable de una manera compuesta y concisa. El texto me contestó dudas que llevaba teniendo por años y que no sabía ni cómo hacer las preguntas. Me ayudó muchísimo a entender de dónde es que nace potencialmente este sistema patriarcal que nos ha afectado por tanto tiempo. Ahora hasta puedo tener una visualización de ese “tanto tiempo”. Algo que menciona la autora es que de los 200.000 años que tiene la humanidad, se podría decir que solo 10.000 llevan funcionando de esta manera patriarcal debido a la era Neolítica y su sistema económico de agricultura y ganado.
Lo que me hace pensar en esos otros años en donde no nos organizábamos en base a roles de géneros y tampoco tuvimos una economía de producción. ¿Realmente era necesario el sedentarismo? Aunque, si bien trajo progreso en algunas áreas, también trajo una violencia que nos acecha. ¿Al ser nómadas, existirían las fronteras? ¿Existiría el derecho a la propiedad? ¿O sería una civilización que necesitaría cuidar de todo y de todos por igual? ¿Todo sería para el beneficio y supervivencia de todos, no solo de quien esté en el poder? Me quedo con una gran curiosidad y más preguntas.
La verdad es que hasta me motiva rebuscar entre las tantas buenas referencias que ella menciona, y también me abre la curiosidad a otras referencias sobre este tema del dominio del patriarcado con investigaciones que bailen con otro tipo de diversidad. Ejemplo, quiero saber qué piensan sobre este tema en particular las mujeres negras o personas que se identifiquen dentro de la comunidad queer. Aunque bien si a todas las personas que no seamos hombres cis-género el patriarcado nos afecta, vale mencionar que existe la rueda de privilegios que muchas veces se ejercen en todas las opresiones.
La lectura también reafirma mi creencia en la necesidad de reformar la educación hacia una con perspectiva de género para poder combatir la violencia y la inequidad de género. Es necesario un cambio de paradigma social que nos recuerde que no importa con qué género te identifiques o con qué sexo nazcas, el derecho a la libertad, la vida digna y el respeto es para cada persona por igual. Es importante en cualquier momento, pero hoy más que nunca, empezar a cambiar y redirigir las velas del barco que nos hunde a todos por salvar a cinco pelagatos.