Alanis Quiñones
Cuando la brisa soba y el cariño sobra,
las risas llegan solas y busco a solas
aquello que perdí en las sombras.
No me asombro y en los escombros me escondo.
No sé querer poco, debe ser el trastorno.
Aún así, con insomnio sueño,
y los pensamientos
se meten en la barca del náufrago.
Una vez escribí y no volví.
La tinta se acaba
y los pensamientos socavan.
El papel se mancha y las manos se desgarran.
Como abuelo, escribiendo versos,
heredé pero no hurté.
disculpa por no ser
lo que soñé.
Esta vez perdí y prometí.
Aún así mentí, no por descarada,
sino por desesperada.
Y en la espera me quedé sin fuerzas.