Diego Alejandro
Labios azules con mi sangre. Quédatela, te imploro.
Quédate con ella (en tu ser),
parece que mi amor no bastó, puede perecer.
Tal vez mi cuerpo no colma tu deseo,
mi sendero es cicatriz es profunda,
pero quédate con el rastro de mi esencia,
que mi sangre sea testigo de nuestra presencia.
Que el encuentro sea más que un recuerdo efímero
No te olvides, repite el eco de este suspiro.
Si necesitas más, solo pídelo con fervor,
sangre en ofrenda, el destino en su fulgor.
Que sea mi destino suplir con mi sangre.
Quédate, te lo ruego, en este enjambre.
Que la esencia perdure, aunque el amor se esconda,
en cada gota azul, mi alma responde.