Plena predicción, de Marze Soto Texidor

"Ha pasado un mes y, viendo la mancha de sangre en su pandero, creo saber la última canción que Elena cantó".

Con el pandero de Elena en mis manos, recordé aquel día, hace años, en que tocamos plena por primera vez. Fue en su casa, con nuestro grupo de amigos de la escuela, al comienzo de décimo grado. De la nada se nos ocurrió entretenernos tocando música, así que Elena buscó los panderos de su abuelo y nos enseñó los ritmos que había aprendido de él. Como solo sabíamos lo básico, cantamos la primera canción que nos vino a la mente: “Temporal”. Fue un reguero, pero nos divertimos.


La próxima semana nos cancelaron las clases por el huracán Irma. Dos semanas después vino el huracán María. Cuando tuvimos señal, chisteamos en nuestro chat de WhatsApp que lo habíamos predicho, aunque a veces no parecía muy gracioso. No volvimos a tocar plena por mucho tiempo.


Fue tras un año de haber vuelto (casi) a la normalidad, en el verano después de undécimo grado, que nos reunimos en la casa de Elena y nos dio con darle otro intento a la plena. No quisimos cantar nada trágico, mucho menos “Temporal”, y decidimos tratar “Santa María”. Un mes luego, cuando Ricky Rosselló por fin anunció que renunciaría, pensé en la ironía de que, si
algo bueno salió del huracán, fue que expuso mucha corrupción del gobierno. Mis amigos murieron de risa con esa interpretación del “terrible animal” y resurgió la idea de que éramos adivinos.


—O quizá lo son las plenas —comentó Elena.
—Debe ser que la historia se repite —dijo José—. Pero qué curioso que las dos veces que hemos cantado fue poco antes de que se hicieran realidad…
—La próxima vez que vayamos a casa de Elena, nos inventamos una canción —sugerí—. Entonces veremos si también pasa.


En efecto, en las vacaciones de Navidad de nuestro cuarto año, eso hicimos. Tomamos turnos improvisando versos, algunos sobre deseos del futuro, otros sobre eventos graciosos, ninguno que sonara muy bueno —con la excepción de los versos de Elena. Siempre tuvo una voz hermosa y cantó de manera humorística, aunque su inspiración fue una vez reciente en que su abuelo se había enfermado y ella tuvo que cuidarlo.

Su abuelo volvió a enfermarse, junto al mundo entero. Por el COVID-19, no terminamos ese año escolar en la escuela, sino en línea, y nos graduamos sin poder vernos. Nuestro chat no pudo mantenernos en contacto tras una pelea en que José culpó a Elena.


—¡Tú cantaste eso y cantaste las otras plenas también! —gritó en una llamada—. ¡No predijimos nada, lo causaste!


Nuestros otros amigos y yo no lo creíamos, porque a fin de cuentas, ¿cómo pudo haber sido más que una serie desafortunada de coincidencias? Pero Elena parecía muy afectada, y demasiado tarde me percaté de que ella pensaba lo mismo que José. Ha pasado un mes y, viendo la mancha de sangre en su pandero, creo saber la última canción que Elena cantó.

La.Corcheta
La.Corcheta
Articles: 196