Picasso te hizo la vida de cuadritos.
Si no fuese por los triángulos de Picasso,
tu sufrimiento no tendría importancia.
Con tu sombrero anaranjado, pelo definido y pestañas postizas
Solamente te puedo considerar mujer insatisfecha.
Usualmente, escribo para el escape,
pero hoy te dedico este poema.
Me imagino que te preguntas por qué,
porque siento que las dos hemos perdido.
Me preocupa que alguien me pueda
hacer la vida de cuadritos y que lo aplaudan.
Aunque no me gustan los sombreros, me pesa la cabeza.
Con triángulos en mis ojos, mi pelo definido y pestañas cortas
solamente me puedo considerar mujer insatisfecha.
Yo no soy un retrato lloroso aunque el orgullo de otro
me tiene atrapada en una pintura de Picasso.
Todavía tengo esperanza que puedo huir,
no a las ciencias donde todos dicen
que puedo conseguir la felicidad,
ni en las empresas donde los lobos se visten de ovejas.
Tengo esperanzas y prefiero escribir.
Prefiero darle sentido al dolor de nosotras.
Quizás algún día no será nuestra tristeza lo famoso.
Quizás algún día nuestra felicidad
podrá estar llena de colores.