Anto Gamunev
“Run in the shadows
Damn your love
Damn your lies”
The Chain
Fleetwood Mac
Desnudo, te despertó en la cama matrimonial. Te obsequió un beso. A veces puede ser tierno.
Guió tu mano a su entrepierna, miró la mesita de noche y te dijo ‘buen provecho’.
Observaste el buen plato de desayuno, pero más te llamó la atención la pequeña caja negra que acompañó al plato de comida. No supiste qué hacer o qué decir.
—Ven acá, yo te lo pongo — dijo
Sacó el anillo de la caja y la puso en tu dedo anular.
La observaste y todo el día jugaste con ella mirando a la nada, esperando el momento ideal.
—Sonríe — dijo.
Ahora.
El reloj marcó las siete de la noche. Llegó su hora de trabajar. Se despidió con un beso y forzó su lengua en tu boca. La aceptaste por costumbre. Caminaron a la puerta y lo despediste. Se montó en el carro. Prendió el auto. Arrancó. Tocó la bocina. Con tu mano dijiste adiós. Se perdió en el horizonte. Te alejaste de la reja, te quitaste el anillo y lo dejaste en el balcón junto a tus plantas.
Ahora. Ahora. AHORA.
Entraste en la casa, caminaste al cuarto, buscaste bajo la cama una mochila, revisaste lo que tenías adentro; una muda de ropa, tu pasaporte, un sobre con dinero.
Miraste a tu alrededor; no había nada que desearas llevar; nada, nada, lo material nunca te importó, nada. No querías recordar, todo era dolor, su amor dolía. Te asfixió varias veces, sus manos en tu cuello. Eso no es amor; avanza, vete, corre.
Si fueras malo, lo hubieras quemado todo, incluso la casa. Saliste del cuarto, te tropezaste con la perra y él abrió la puerta principal.