José Nieves Calvo
A tus pies me quedo, mi bella naturaleza,
la cual desprecian sin pensamientos.
Exclamando ante ti estos testamentos
para defender con honra tu belleza.
Te alabo, mi alteza de riquezas
que con espadas desean sufrimiento,
pero a nosotros, que vivimos de un viento,
ampáranos a conservar tu nobleza.
Ay, porque de soberbias ajenas
se mortifica tu castillo verde,
estructura que tiembla ante las escenas.
Pero al final espero que recuerdes:
ante el cantar de las docenas
tú nunca pierdes.